miércoles, 8 de agosto de 2012

La gran aportación de Metrocles a la filosofía


En “Vidas de los filósofos más ilustres”, Diógenes Laercio presenta los datos biográficos, tanto los comprobados como los dudosos, de una considerable cantidad de pensadores griegos. En la lista se encuentran Parménides, Heráclito, Sócrates, Platón, Aristóteles, entre otros.
Entre tanto nombre docto destacan algunos menos conocidos y tampoco faltan otros que probablemente la mayoría de la gente no ha escuchado nombrar jamás.
En ese conjunto de filósofos ilustres desconocidos podemos encontrar a Metrocles.
¿Quién fue Metrocles? ¿Qué sabias palabras dijo? ¿Qué aportó a la historia de la filosofía para estar considerado dentro de los nombres más ilustres?
Se tiró un pedo.
No es broma. Metrocles es famoso y pasó a la historia por tirarse un pedo.
Mientras que Diógenes Laercio dedica grandes extensiones del libro a las biografías de Sócrates, Platón y los demás rockstars de la filosofía griega, a nuestro Metrocles apenas le asigna una página en la que brevemente relata la anécdota por la que este personaje pasó a la historia.
Un día en plena lección de filosofía con Teofrasto Peripatético (alumno de Aristóteles) se le escapó involuntariamente una ventosidad. Fue tal su vergüenza que se encerró en su habitación con la intención de dejarse morir.
Un cínico (no cínico por sinvergüenza, bueno sí, pero no nada más porque sí, también alumno de Diógenes el Can [y de ahí “cínicos” a los seguidores de su filosofía]) llamado Crates, armándose de valor y de gases mediante la ingestión de altramuces, entró a la habitación con él y lo convenció de que nada tenía de malo producir y liberar ventosidades cuando esto era acorde a natura; luego de su argumento irrefutable zanjó la cuestión pedorreándose también, con lo cual terminó de convencer a Metrocles, quien desde entonces se convirtió a la filosofía cínica.
Y ya, Diógenes Laercio explica un poco más de la vida de Metrocles pero en realidad todo se reduce a que un día se le escapó una ventosidad. Más adelante en el texto dice Diógenes que Metrocles murió muchos años después, sofocándose a sí mismo (los caminos de dios son misteriosos, irónicos).
Cuando pienso en nuestro querido Metrocles y de su gran aporte a la filosofía, un pedo, no puedo evitar acordarme de tantos otros filósofos solemnes y eminentes que pasaron a la historia por tener pensamientos complejos y complicados, que bien pudieron surgir bajo la influencia de un gas atorado.
¡Oh, Kant! ¡Oh, Hegel! ¡Oh, Heidegger! Me recuerdan tanto a Metrocles.

2 comentarios:

  1. Brillante, estimado Jesús. BRILLANTE. (Su redacción mucho más que el pedo, naturalmente)

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    1. Hombre, mi estimado @Pedro_Verlaine, le agradezco el cumplido.

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