miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cholula es otra cosa

Cuando uno escucha eso del "choque cultural" se imagina a un árabe, un judío y un gallego entrando a un bar, o algo por el estilo, estereotipos de culturas que son totalmente ajenas, que no comparten ni el lenguaje, ni las costumbres, ni las creencias; pero hay otra forma de choque cultural que uno apenas siente cuando viaja por las ciudades de su país, ciertas formas de hablar, ciertas costumbres que difieren un poco de aquellas que se tenían en el terruño, gestos apenas a la hora de hablar, y que se va haciendo más notorio cuando uno se queda a vivir en otra parte.
Ahora que estoy en Puebla me está dando eso del choque cultural en forma de desconcierto y confusión ante ciertas particularidades de esta gente que tiene otra cultura, otra visión del mundo, las cuales sinceramente no entiendo.
Cuando estuve en Torreón había de vez en cuando alguna cosilla que me causaba risa, o que me parecía curiosa, que desentonaba con lo que yo conocía de cómo son y deben ser las cosas. Toda mi infancia y adolescencia viví y conviví con gente de Monterrey y de Saltillo, ciudades que no difieren mucho en usos y costumbres, y Torreón no está muy lejos de aquellas dos.
Hay un famoso eslogan que utilizan en Saltillo para referirse a su ciudad, "Saltillo es otra cosa", dicen, pero a mí no me lo pareció. Ahora bien, Cholula, no sé ni por donde empezar, Cholula sí que es otra cosa.
Ya me iré adaptando, porque para eso está uno, para adaptarse y ajustarse y estrecharse y expandirse; para cambiar, pues, y acabarse en el camino. Pero por lo pronto estoy aquí, un norteño que no sabe pa' dónde queda el norte, perdido en esta ciudad, con esta gente, con esta cultura que desconozco por completo y que -virgencita plis- espero asimilar pronto.

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